Los hermanos Paul coparon la noche en Estados Unidos. Logan fue el encargado de abrir SummerSlam en Detroit. El show congregó más de 59.000 personas. Compitió, dio espectáculo y ganó. Se bajó del ring y vestido de luchador tomó su avión privado para volar a Dallas. En el American Airlines Arena de la ciudad texana le tocaba boxear a su hermano Jake. Otro recinto abarrotado. Los dos son mediáticos por su pasado, pero sobre todo por su presente. Amados u odiados, todo el mundo quiere verles.
Jake había generado mucho hype con su combate ante Nate Díaz. El influencer, de 26 años, venía de perder por primera vez ante Tommy Fury y tenía un duelo exigente por lo que significa su rival para el ecosistema de los deportes de contacto. Si preguntas por un tipo duro, la definición siempre contiene a Nate. Deportivamente la pelea no era de primer nivel. Paul, aunque lleva tres años dedicado al 100% a su carrera, sigue siendo alguien que está empezando y Díaz (primer luchador que ganó a McGregor en UFC) disputaba su primer combate en boxeo tras retirarse de las MMA en septiembre de 2022.
El inicio del combate fue muy excitante. El público no podía estar sentado en sus asientos. Díaz salió a estudiar y Paul lanzó varios volados. Uno impactó y dañó al exUFC. Jake le tuvo tocado, pero con Nate nunca sabes si es real o imaginario. Lo cierto es que en el segundo Díaz despertó y empezó a embarrar la pelea en la corta distancia. Aún así, Paul le conectaba las mejores manos cuando tenía algo de distancia. Daba la sensación de que el debutante iba justo de físico y estaba economizando.
La 'pelea callejera' que se esperaba se dio. Con el paso de los rounds la distancia iba siendo menor y practicaron eso que Héctor del Mar bautizó como "golpe va, golpe viene y los muchachos de entretienen". El público estaba entregado tras cuatro asaltos. Poca técnica, pero había mucho golpe y emoción todo podía pasar. A Nate le venía bien ese clase de pelea debido a su estilo muy poco ortodoxo. Jake Paul necesitaba distancia y que se boxease más.
En el quinto acto se clarificó todo. Jake Paul era mejor. Con un poco de distancia fue conectando y con un crochet con su izquierda impactó en la sien de Díaz, al que mandó a la lona. Estaba tocado el exUFC y ahí tiró de experiencia. Nate hizo como que la película no iba con él, parecía que rehuía la pelea para que se lanzase Paul a por él y embarró de nuevo el pleito. Se salvó, pero la diferencia era evidente. Cuestión de tiempo si el influencer apretaba de nuevo el botón indicado.
Para ganar a Díaz tienes que ganarle varias veces y se volvió a demostrar. En el sexto reaccionó y se llevó el round. El séptimo fue de nuevo para Paul y en los tres últimos el cansancio apareció. El octavo asalto lo terminó Jake con la boca abierta y agobiado por la presión que metía Díaz. La película fue la misma en esos tres rounds. Jake Paul era mejor en distancia, pero Nate resistía y cuando le notaba cansado apretaba.
En el capítulo definitivo llegó a apoyarse en las cuerdas y pidió más a su oponente. No quiso entrar en el juego, pero cuando Díaz apretaba le hacía estar incómodo. A ninguno les quedaba físico para más y los jueces hablaron. Jake Paul ganó por decisión unánime (97-92, 98-91 y 98-91). Fue mejor y aunque no acabó pletórico le dio para ganar. Al terminar se fundieron en un abrazo y tocó hablar. Jake ofreció diez millones a Nate por una revancha de MMA en PFL. Ambos se dejaron querer. De darse la negociación será más compleja que ese ofrecimiento.
Amanda Serrano aplastó a Heather Hardy
En el combate coestelar del evento, Amanda Serrano retuvo su corona indiscutida (WBC, WBA, IBF y WBO) del peso pluma ante Heather Hardy. La pelea sólo tuvo un lado, el de la puertorriqueña. Serrano marcó el ritmo, puso los golpes de poder y aunque se llevó alguna por arriesgar nunca se vio en apuros. Hardy evidenció en su rostro el castigo. El KO sobrevoló el ring, pero finalmente hubo que mirar a las cartulinas. Claro triunfo por decisión unánime (99-91, 100-90 y 100-90) para The Real Deal.
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